Parabólica escribe Fernando Maldonado
En la era de la postverdad y las “fakenews”, la percepción construida desde las trincheras contrarias a la Cuarta Transformación, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador resultó con resultados electorales adversos, contrarios al escenario previsto con anticipación.
La narrativa construida desde un grupo de voces, ciertamente influyente en un sector amplio de la sociedad, ha conseguido arraigar estereotipos y esquemas de pensamiento identificados entre sí.
Sin embargo, un vistazo elemental, con números, estadísticas y porcentajes de participación electoral, arroja un resultado que debería llenar de contrariedad a los vocingleros de los impulsores de la alianza entre el PRI-PAN-PRD en el contexto general en el país.
Tres ejemplos permiten observar que no sólo estamos ante una derrota electoral, sino moral para los dirigentes de las fuerzas políticas que los viste de fracaso.
Se trata de las entidades de donde son originarios Alejandro Moreno, líder del Partido Revolucionario Institucional y originario de Campeche; Marko Cortés, de Acción Nacional, oriundo de Michoacán; y Jesús Zambrano, del PRD, nacido en Sonora.
Las tres entidades fueron perdidas en el terreno electoral el pasado 6 de junio, día de la madre de todas las batallas, según se puede observar en la numeraria final del Instituto Nacional Electoral.
En tierras campechanas, por ejemplo, no sólo perdió el candidato de Va por México, Christian Mishel Castro Bello con un 31.8 por ciento, frente a la candidata de Morena-PT, Layda Sansores, que obtuvo 34.0 por ciento, sino también ante el abanderado del Movimiento Ciudadano, Eliseo Fernández Montúfar, con 33.0 por ciento.
La tierra de donde aún es gobernador con licencia Alito Moreno, y a donde llevaron a operar los mapaches más experimentados, el candidato tricolor se fue al tercer lugar de la votación.
Otro de los impulsores de la alianza Va por México, junto con el empresario y líder de la oposición de la #4T, Claudio X González, el michoacano Marko Cortés también perdió en su tierra.
Carlos Herrera Tello obtuvo el 40.9 por ciento como máximo de la votación del llamado súper domingo, pero fue insuficiente frente a Alfredo Ramírez Bedolla, de Morena-PT, con 43.4 por ciento.
El caso en que el margen es aún más pronunciado, según el diagnóstico firmado por el Comité Técnico Asesor del INE, se produjo en Sonora, la tierra del excombatiente en Ciudad Madera, Jesús Zambrano Grijalva, el líder de lo que queda del Partido de la Revolución Democrática.
El candidato de la alianza Morena-PT-Verde y NAS, Alfredo Durazo Montaño, alcanzó el 52.4 por ciento de las sufragios, no obstante arrastrar la sombra de ineficiencia a su paso por la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Muy a la distancia el candidato del PAN-PRI-PRD, Ernesto Gándara Camou, por quien se pronunciaron perfiles como el de Vicente Fox, se quedó con un 37.0 por ciento.
La oposición al grupo en el poder se quedó lejos de la victoria que pregonan a través de los canales de comunicación de los que disponen y de sus feroces voceros. La contundencia de los números es exactamente proporcional a la derrota moral de los impulsores del entuerto llamado Va por México.
@FerMaldonadoMX