Escribir de oídas

Escribir de oídas
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

El ex secretario de Educación, Melitón Lozano Pérez, fue incapaz de persuadir a los integrantes del magisterio del SNTE 51 que demandaban con legítima firmeza un pago que ya habían recibido sus colegas en la sección 23 del SNTE federal.

Sin los recursos políticos necesarios, tampoco advirtió lo que venía en medio de esa demanda creciente en el contexto de la visita de Andrés Manuel López Obrador a la región de la que es originario, la Mixteca poblana el sábado pasado.

Obnubilado por la ambición política, prefirió viajar a los distritos en los que se efectuaron las asambleas de Morena, convertidas en pasarelas de quienes aspiran a alcanzar la candidatura en 2024, en lugar observar que la visita del mandatario federal transcurriera sin más aspavientos que los gritos de la gente entusiasmada que al unísono coreó “es un honor estar con Obrador”.

El análisis de cubículo, la lectura de un hecho ocurrido a cuatro horas de distancia y el interés por lavar el rostro del renunciante producen textos deficientes, imprecisos y cargados de emoción contenida que sólo alimenta agendas personales, en el más claro ejemplo de ese subgénero que bien podría llamarse periodismo de oídas.

Sólo quienes asistieron a la presidencia auxiliar de Ayoxuxtla de Zapata -entre quienes se encuentra el columnista-, el sábado 22, pudieron presenciar en primera persona la trampa que montó el sobrino incómodo de Melitón Lozano, Víctor Manuel Ríos de los Santos; la secretaria general de la Delegación DII-86, Fidelia Lucía Martínez López y las facilidades que puso para ese montaje el delegado de Bienestar en Puebla, Rodrigo Abdala.

No obstante las huellas de la torpeza política evidente y palmaria que llegó al colmo, hay quien insiste en ver como el producto de una “grilla” el despido con apariencia de renuncia de un personaje que se desbocó en la carrera por la candidatura.

Lozano Pérez había perdido la objetividad como hombre de izquierda desde hacía meses. En realidad la salida de la Secretaría de Educación Pública era cuestión de tiempo perentorio, pero de eso tampoco se enteró quien hoy desliza la versión de una “grilla” la que lo puso fuera del equipo de gobierno.

En la entrega de la columna del lunes “Ofrenda de muertos a Melitón Lozano” se describe claramente la conducta perniciosa de quien debió observar decoro, sensatez y equilibrio en su condición de funcionario de la Cuarta Transformación.

“El programa Martes ciudadano que impulsó el Gobierno de Puebla con el propósito de atender a gente en condiciones de pobreza o de vulnerabilidad, lo convirtió en una coartada para promoverse por todo el estado”.

No había que hacer otra cosa más que ir detrás de la caravana que cada semana salía de la SEP o de sus bodegas para darse cuenta que la corrupción política existía.

No era ya el credo del grupo dominante de no robar, no mentir y no traicionar lo que animaba al ex secretario de Educación, sino servirse de la voluntad de los habitantes de los pueblos donde llegaba cada martes ciudadano.

El obsequioso Melitón Lozano que pretendió comprar la voluntad detrás de la máscara de servidor público se fue por la práctica del uso faccioso del dinero público y por la torpeza política exhibida sin decoro en una visita presidencial.

 

@FerMaldonadoMX