Adiós al oropel y la vida loca

Adiós al oropel y la vida loca
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado 

Era noviembre de 2016. El interlocutor del poderoso interno en San Miguel sostuvo la mirada sin doblegarse durante casi dos horas en que duró el amago de que ahí, en una celda diminuta, sería ejecutado a golpes, sin piedad alguna.

Era uno de los presos de conciencia como muchos de los que hubo en el sexenio del exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, que este jueves 30 sus incondicionales le recordaron su onomástico.

La víctima de acoso, amenaza y tortura psicológica era Francisco Castillo Montemayor, exdelegado de la Comisión Nacional del Agua, frente al hombre que convirtió el penal de la capital en prostíbulo, salón de fiestas y mercado negro para traficar de todo, Jorge Aduna Villavicencio.

Entre Castillo Montemayor y Aduna Villavicencio mediaba una mesa sobre la cual descansaban sustancias prohibidas y whisky, mucho whisky. En un rincón, un reo inconsciente bañado en sangre que ya había probado la crueldad de un hombre dominado por las sustancias que corría en su sangre.

El cuadro de esa fría noche invernal, propia de una escena de narcoserie, la conocen apenas unos cuantos. Conviene repasar ese episodio por que el gallero ha sido arquitecto de su propia leyenda.

En 2015 enfrentó un proceso penal porque se le encontró directamente responsable del levantón, ejecución y desaparición de seis personas a quienes acusó de robo y haber atacado a una de sus familiares.

No obstante, la gravedad del proceso penal, la estancia en el penal de San Miguel, entre 2015 y 2017, alcanzó la libertad. El amparo obtenido fue tramitado por el magistrado Carlos Loranca, poderoso abogado que había sido anfitrión de gobernadores, senadores, legisladores y empresarios.

Eslabón de una larga cadena de componendas, estuvo a la vista durante todo ese tiempo sin pudor alguno, hasta que la Judicatura le encontró que sus bienes y riqueza no correspondían con sus honorarios como servidor público.

Traficantes profesionales de influencias, favores, dinero y placeres mundanos, Loranca y Aduna acordaron el monto del litigio que fue pagado puntualmente, con más de seis ceros.

Algunos columnistas especializados en nota roja aseguraron que en la campaña de 2010, el empresario liberado, que manejó por años el Palenque de Puebla, dotó de vehículos y dinero la campaña del candidato panista Moreno Valle.

Con el cambio de mapa y los nuevos paradigmas, mucho más que los buenos oficios del magistrado Loranca requerirá Aduna para librar el encierro a donde fue llevado otra vez, luego de haber sido detenido por una falta administrativa de tránsito.

Este domingo estará por cumplir la primera semana en el penal de Tepexi de Rodríguez, lejos de la cárcel de San Miguel y en donde ya no tendrá posibilidad de llevar de sus días de carnaval, en donde abundó la prostitución, la bebida, música de banda y los súbditos a los que acostumbró en el penal de la capital.

La gracia de los traficantes de influencias, los que cobraron como nunca para acercar tratos y los gobiernos cómplices, desde 2011, se agotaron. La dolce vita también tiene fecha de caducidad.

 

@FerMaldonadoMX