El mercader de vacunas

El mercader de vacunas
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado  

La historia parecía formar parte de las múltiples leyendas urbanas que todos los días se cuentan en la zona metropolitana. Mitos urbanos que van de boca en boca hasta la deformación, convertidas en trozos de la versión original, sin pies ni cabeza.

La confirmación del mercadeo con vacunas anti Covid-19 en Puebla vino desde el púlpito en el que todos los días se marca la agenda política en Puebla: la mañanera del gobernador Miguel Barbosa, al hablar de “pillastres” que anuncian, como en venta de garaje, las dosis contra el virus que sembró terror y muerte: 15 mil 290 muertes desde marzo de 2020 así lo confirman.

El “pillastre” tiene nombre y apellido, y por lo menos hasta ahora engañó, defraudó o vendió, sin certificado, un par de dosis completas de vacunas contra Covid-19 del laboratorio Pfizer a una familia poblana, de la que la mujer se encuentra en estado lactante.

Recibieron la primera dosis y luego de aplicarse el segundo antídoto ambos pidieron el certificado de vacunación que les fue negado. El monto pagado, 5 mil pesos por cada vacuna, no incluyó el documento legal que los Servicios de Salud expiden a quienes han recibido la inmunización desde la primera aplicación.

Ahí comenzó la incertidumbre, porque ambos ignoran si auténticamente fue una vacuna contra Covid la que recibieron o un placebo aplicado en las fases experimentales para obtener la aprobación de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.

El nombre del presunto vendedor de vacunas contra la enfermedad está registrado en Facebook como trabajador del Congreso del Estado, por lo menos hasta la LX Legislatura, y fue asistente de Cristina Tello Rosas, la legisladora de Morena que presidió la Comisión de Salud.

El mercader de vacunas es el último eslabón de una cadena que comienza con el senador Alejandro Armenta Mier, en su momento jefe de un grupito de diputados locales entre los cuales estaba Tello Rosas, Raymundo Atanacio, Yadira Lira y Valentín Medel.

La presidenta de la Comisión de Salud en la pasada Legislatura, y jefa del vendedor sobre quien ya tienen puesta la mira las autoridades ministeriales, destaca por dos expresiones públicas que la enviaron al basurero de la política o la picaresca poblana.

Como si fuera una más de las integrantes de la orden de la vela perpetua que marchó sobre las calles de Puebla este fin de semana contra un fallo jurídico de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cerró toda posibilidad a debatir y legislar sobre la despenalización en la interrupción del embarazo. 

Luego, desde la pequeñez de su razonamiento jurídico y político, propuso eliminar perros y gatos callejeros, de la que luego se desdijo y como la medrosa clase política incapaz de admitir errores, se llamó linchada por los medios ante la proximidad del proceso electoral.

La voracidad y ambición desmedida de su personero la van a poner otra vez en el proscenio y es muy probable que, como antes, también se desdiga de su asistente, Luis Ángel G., el mercader de ilusiones en tiempos de pandemia.

 

@FerMaldonadoMX