Llamados a misa

Llamados a misa
 Fabián Robles
La Fuente

La Fuente escribe Fabián Robles

Se veía venir, pero a ninguno de los políticos ni a sus seguidores y mucho menos a las autoridades locales les importó: en Tlaxcala hay ya un repunte en el número de personas infectadas por el coronavirus.

Primero fue la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la que hace dos semanas advirtió sobre una nueva oleada.

Incluso, a propósito del inicio de las campañas en 15 estados, sugirió posponer los comicios, o al menos que todos los involucrados extremaran las medidas sanitarias. Pero nada.

Este lunes, en conferencia de prensa, el subsecretario Hugo López-Gatell y su equipo advirtieron sobre el repunte de casos en 10 estados, Tlaxcala entre ellos.

Pero ni el llamado de la OPS ni el de las autoridades sanitarias federales ha encontrado eco entre los irresponsables y necios dirigentes partidistas, candidatos, militantes y seguidores.

También las autoridades electorales, locales y federales, han sido ignoradas, pese a su reiterado clamor para evitar concentraciones de gente so pretexto de buscar el voto.

Prácticamente todos y todas insisten en realizar actos masivos, exponiendo en extremo a la gente y a sí mismos. No les importa nada más que llegar al poder a costa de lo que sea.

En descargo alegan que en los actos de campaña se aplican los protocolos sanitarios recomendados por las autoridades. Nada más falso: en las imágenes que comparten sus respectivas áreas de comunicación se evidencia cómo no se guarda la tan recomendada sana distancia y eso es un gran riesgo. Ejemplos hay muchos en todos los frentes.

En medio de esas muestras de desdén a la vida se encuentra el remedo de Consejo Estatal de Salud, el mismo que por conveniencia propia del partido en el poder hace mutis.

La inacción de ese ente –con el secretario de Salud, René Lima a la cabeza- es cuestionada por representantes del sector productivo.

El enojo es porque las autoridades de salud no miden con el mismo rasero: a los partidos y candidatos les permiten actos masivos de campaña, pero en restaurantes y centros de esparcimiento les limitan la afluencia.

Ahora mismo ya algunas personas deben estar pagando con su salud las consecuencias de sus actos por asistir a mítines y al toque de puertas junto con quienes aspiran a la gubernatura y a las diputaciones federales. Olvidan que no son inmunes y nadie escapa a este maldito virus que tanto nos ha costado.

Si hoy día las pasiones están desbordadas en las campañas para esos dos cargos de elección popular, mejor no imaginar lo que sucederá cuando hagan lo propio –a partir de mayo próximo- quienes aspiran a formar parte de los 60 ayuntamientos y casi 300 presidencias de comunidad.

Tan sólo de aspirantes andarán en las calles y en reuniones 14 mil personas, a quienes nos toparemos en cada esquina del estado y en cualquier momento.

A esa cantidad habrá que sumar a quienes forman parte de cada equipo de campaña, a dirigentes, militantes y simpatizantes.

Si tan sólo cada uno y una de esos 14 mil candidatos se hacen acompañar de al menos 10 personas, entonces encontraremos en las calles sin necesidad alguna a 140 mil ciudadanos.

Como vemos, el riesgo de contagio es demasiado alto, pero eso a nadie le importa. Todos los involucrados son corresponsables. TODOS.

¿Una vida bien vale un voto?

 

@farotlax