Pérdidas

Pérdidas
Miguel Caballero
Atando Cabitos

Atando cabitos por Miguel Caballero 

“Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía ‘Cerrado por fútbol’. Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado sesenta y cuatro partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón preferido. Esa proeza me dejó frito, los músculos dolidos, la garganta rota; pero ya estoy sintiendo nostalgia”.
Eduardo Galeano

Durante una charla sostenida apenas horas atrás, B. —con quien comparto un fanatismo desmedido por la Franja— decía sentir envidia por pasarme el día entero, durante las últimas semanas, opinando en Twitter sobre todos los juegos de la Eurocopa y de la Copa América, situación a lo que yo atribuía como uno de los beneficios de estar absorto en la completa inutilidad del desempleo.

Admito, no sin un poco de vergüenza, que, salvo algunas excepciones, previo al inicio de ambos torneos me resultaba imposible decir la totalidad de los jugadores titulares, ya no digamos de selecciones con menos reflectores —como Macedonia del Norte, Escocia, Hungría, en Europa; o Bolivia, Paraguay o Venezuela, en América— sino de las potencias como Francia, Italia, Alemania, Brasil o Argentina, y a quienes fui descubriendo conforme han avanzado los partidos.

Por ello, y también en una especie de homenaje a las costumbres antes citadas del uruguayo Eduardo Galeano, decidí poner todo mi empeño para tratar de conocer, al menos un poco más, a los protagonistas que dominan hoy el fútbol de élite.

La cosa no ha salido del todo mal, pues hoy medianamente puedo comprender de quién hablan las portadas y los titulares escandalosos cuando señalan el interés de los grandes clubes de Europa por algunos de ellos, ‘las grandes promesas’; sin embargo, si algo también me ha dejado este peculiar ejercicio es esa inevitable sensación de desprendimiento y vacío que deja el inminente adiós de los que alguna vez fueron unos completos desconocidos, pero que, a través de Copas del Mundo, Eurocopas, Copas América e infinidad de partidos, nos fueron acompañando por la vida, bordándonos en la piel un profundo amor por el juego.

Por citar un ejemplo, a partir de este verano habremos dicho adiós a historias como la del macedonio Goran Pandev, entrañable jugador de nuestra juventud, pieza clave y carismática del Inter campeón de Europa de José Mourinho, y quien —además de cargar erróneamente en la espalda con la leyenda de Alejandro Magno— ha dicho adiós a su selección tras cumplir el sueño de jugar una Euro con ella.

Y a la lista se irán sumando otros nombres que, hasta hace algunos ayeres, nos parecía imposible no verlos torneo tras torneo, ahí, viviendo nuestro sueño.

En Los diarios de Emilio Renzi del escritor argentino Ricardo Piglia, existe una frase memorable y lapidaria, a la que hoy le he encontrado un nuevo significado: “Lo difícil no es perder algo, sino elegir el momento de la pérdida”. Y durante este verano, si algo me ha quedado claro, es que aún no estoy preparado para ello.

Nos leemos la siguiente semana. Y recuerden: la intención sólo la conoce el jugador.

 

@donkbitos16