¡Bon voyage, presidente!

¡Bon voyage, presidente!
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

Para cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador haya dejado el territorio poblano este lunes, se habrá podido constatar que el trabajo de contención política permitió que el escenario de la visita haya sido lo suficientemente terso como para que las cosas fluyeran por un cauce natural.

No sólo entre los propios del Movimiento de Regeneración Nacional, sino en la trinchera de enfrente, en la oposición que regresó a las calles bajo la coartada de la defensa de la democracia.

Ni en casa propia ni en la ajena hubo factores de poder que alteraran a través del amago o el acoso las expresiones que pudieron derivar de causas políticas que coincidieron con la visita presidencial entre domingo y lunes.

Rutas paralelas que pudieron haber coincidido en el vértice de ambos extremos: López Obrador en el territorio poblano.

El sábado 17 en que Morena confirmó la candidatura a la presidencia municipal para José Chedraui Budib como ya estaba previsto, las aguas turbulentas que se preveían, no llegaron a agitarse.

El triunfo de Chedrahui Budib en la interna de Morena lo fue también del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina que llegó del sector empresarial a la vida política de la mano de quien ya trae en la bolsa la candidatura municipal capitalina.

El mandatario honró amistad y camaradería con la designación para lo que fue indispensable tejido fino que permitió la construcción de consensos pese a los nubarrones anticipados entre los duros de Morena.

Hilaron diálogo con factores de poder en el centro y disuasión a los opositores naturales en la aldea para vencer resistencias naturales, dos factores que no pueden soslayarse en modo alguno.

Nadie de quienes habían expresado rechazo o descalificación por las aspiraciones del ganador rompieron un solo plato, lo que permitió apreciar un panorama claro para este fin de semana de visita presidencial.

Al mismo tiempo debieron encenderse señales de alerta preventiva en el equipo del virtual candidato del PAN-PRI-PRD, Mario Riestra Piña, pues esperaba hasta el último momento que la decisión de Morena recayera en otros perfiles que están a la vista. “Del plato a la boca”, dice el refrán popular y eso sucedió con Riestra Piña que veía con cierta solvencia el eventual triunfo en la elección municipal, según se puede ver en diversas encuestas preelectorales, si hubiese sido otra persona la designada.

Nadie lanzó dardos envenenados, tampoco rompió platos ni descalificó a nadie para invocar el añejo discurso de la cantera de Morena que, a estas alturas, deviene cliché o pieza de arqueología política.

Lejos de ese episodio de balcanización vino la cargada política, mediática y digital por el alumbramiento de la candidatura que los exaspirantes validaron con la foto de unidad, sonrientes y domesticados.

Otro logro estuvo en la marcha del conservadurismo convocada para este domingo para protestar contra las reformas impulsadas por el visitante de ocasión en Puebla, el presidente de México.

Aunque eufemísticamente llamaron a la multitudinaria manifestación en “defensa de la democracia” justo fue el clima de libertades en Puebla lo que permitió esa expresión, en la que se vio al candidato de a gobernador de la derecha, Eduardo Rivera Pérez, para colgarse de la convocatoria callejera.

El gobernador de Puebla y su equipo, dieron muestras de capacidad para conciliar, y oficio para evitar desbordamientos innecesarios en momentos en que la polarización es moneda de cambio entre las fuerzas en pugna. En el corte de caja hubo un saldo positivo.

 

@FerMaldonadoMX